viernes, 16 de abril de 2010

Principio III Vibración, Los Siete Principios Herméticos, El Kybalión.





"Nada está inmóvil;
todo se mueve, todo vibra"

El Kybalion


"Este principio encierra la verdad de que todo está en movimiento, de que nada permanece inmóvil, cosas ambas que confirma por su parte la ciencia moderna, y cada descubrimiento lo verifica y comprueba. Y, a pesar de todo, este pricipio hermético fue enunciado cientos de años ha por los Maestros del antiguo Egipto. Este principio explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aún del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios. Desde el TODO, que es puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración: cuanto más alta es ésta, tanto más elevada es su posición en la escala. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita, tanto, que prácticamente puede considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda que gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad vibratoria. Desde el corpúsculo y el electrón, desde el átomo y la molécula hasta el astro y los universos, todo está en vibración. Y esto es igualmente cierto en lo que respecta a los estados o planos de la energía o fuerza (la que no es más que un determinado estado vitratorio), y a los planos mentales y espirituales. Una perfecta comprensión de este principio habilita al estudiante hermético a controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de los demás. Los Maestros también emplean este principio para conquistar los fenómenos naturales. "El que comprenda el principio vibratorio ha alcanzado el centro del poder", ha dicho uno de los más antiguos escritores."


El Kybalion, Estudio sobre la Filosofía Hermética del Antiguo Egipto y Grecia, pp. 18-19, Editorial Orion, México, 1985.

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